tus creencias crean tu realidad

Tus creencias crean tu realidad

¿Has escuchado esto de que tus creencias crean tu realidad? Porque, aunque esto es cierto, no lo es en la forma en que la mayoría de la gente piensa. Las creencias son algo más que simples pensamientos o ideas sobre lo que consideramos es verdad. Son los componentes básicos de nuestras experiencias: la estructura interna de quiénes somos, de cómo nos mostramos a los demás y de cómo interactuamos con el mundo.

Las creencias son el material de construcción que utilizamos para fabricar nuestras experiencias, tanto internas como externas. Son la forma en la que está estructurada la mente.

Para que lo entiendas mejor, déjame preguntarte si en algún momento de tu vida te ha sucedido algo como esto…

  1.  Tomas una decisión y eliges dar un paso adelante, prosperar e iniciar un nuevo camino en tu vida.
  2.  Casi de inmediato te ves enfrentado a un sinnúmero de dudas, conflictos internos y voces críticas en tu cabeza. Te sientes bloqueado, paralizado.
  3.  Al cabo de un tiempo, decides rendirte porque es más fácil que seguir peleando contra todos esos obstáculos. Piensas «Quizás sea cierto. Nunca voy a tener éxito. ¿Por qué molestarme en intentarlo?».

En definitiva, resulta que te entusiasmas con una nueva posibilidad, luego aparecen problemas y más problemas y tu progreso hacia adelante se detiene. Así que, en lugar de perseguir tus sueños, los dejas estar y te dedicas a otra cosa. ¿Te suena?

El problema puede parecer externo a ti: no tienes los recursos que necesitas, las personas comienzan a interferir en tus planes, recibes advertencias sobre los riesgos que conlleva seguir adelante, te dicen que no puedes hacerlo. Es como si el mundo hubiera conspirado para mantenerte atrapado, evitando que tengas lo que realmente quieres.

Sin embargo, todos estos bloqueos, frenos y barreras en realidad son resistencias de nuestro inconsciente. Todas las personas nos enfrentamos a ello. Son parte del funcionamiento de nuestra mente.

Es más, la única diferencia entre las personas exitosas y las que no lo son es que, mientras las personas sin éxito son detenidas por las resistencias que surgen en su camino, las personas exitosas tienen métodos para lidiar con ellas.

Si bien algunas personas tienen una gran fuerza de voluntad y pueden lograr cualquier cosa que se propongan, el común de los mortales nos topamos con bloqueos y limitaciones cada vez que decidimos mejorar nuestra vida. A la hora de avanzar nos sentimos paralizados por lo que creemos es nuestra «realidad».

Parecería que las circunstancias estan fuera de nuestro control y las oportunidades son limitadas o inexistentes.

Cada freno, bloqueo y limitación que experimentas se produce por una creencia limitante dentro de ti.

No es tu culpa. La mayoría de estas creencias fueron programadas por otras personas que pensaron que las necesitabas para sobrevivir. Tus padres, maestros, amigos y cultura te adiestraron para que aceptaras sus creencias.

Puede que ahora mismo estés diciendo: «Ok, lo entiendo. Mis creencias crean mi realidad. Entonces, ¿cómo puedo cambiar mis creencias?».

Es fácil.

Todo lo que se requiere es identificar las creencias que crean lo que no quieres en tu vida y remplazarlas con creencias que creen lo que sí quieres.

Si no te gusta tu realidad, ¡cámbiala! ¿Cómo? Cambiando tus creencias.

Cuando cambias tus creencias, tu experiencia de la realidad y tu visión del mundo cambia. Eres testigo de cómo se abren nuevas posibilidades ante ti, posibilidades que antes eras incapaz de ver.

¿Quieres vivir una vida increíble?

Aprende a transformar las resistencias. Aprende a cambiar las creencias que han hecho que estas resistencias aparezcan, elimínalas. Con esta habilidad nada podrá interponerse en tu camino.

Cuando eliminas las resistencias internas, el mundo externo cambia. Cuando tú cambias, el mundo entero cambia contigo. 

Si sufres por tu pasado, puedes cambiar tus creencias para soltarlo, dejarlo ir y avanzar hacia adelante. Si te preocupa tu futuro, puedes cambiar tus creencias para liberar tu energía, modificar tus acciones y alterar tu destino.

Puedes abrir las puertas a nuevas posibilidades y manifestar tus más grandes sueños. Tras eliminar las principals creencias limitantes, te reconoces como el creador de tu realidad. Desde este espacio, puedes plantar una nueva semilla en el jardín de tu mente, la nueva creencia que hará crecer las experiencias que deseas tener.

¿Por qué algunos problemas persisten?

¿Por qué no has podido cambiar los problemas más profundos de tu vida? Hay una buena razón: no has llegado a la causa real de los problemas. Para hacer eso, necesitas encontrar las creencias centrales que están moldeando tu forma de definirte a ti mismo y al mundo.

Si algo en tu vida es doloroso o problemático, considera la experiencia como una invitación a examinar tus creencias. 

Una de las creencias más habituales (y perniciosas) que la mayoría de nosotros arrastramos desde nuestra infancia es «no soy suficiente». ¿Qué pasaría si pudieras eliminar esta creencia para siempre? ¿De qué serías capaz?

Cuando siembras una nueva creencia en tu mente subconsciente, esta comienza a funcionar automáticamente, como una máquina creadora de realidad.

Percibes un cambio sutil en tu vida. Algo incómodo que solía estar allí ahora se ha ido. Algo bueno ha ocupado su lugar.

4 cosas importantes que debes saber sobre las creencias

  1. Las creencias operan como pequeñas máquinas de creación de realidad. Una vez que se forma y acepta una creencia, esta continúa operando en el fondo de tu mente, hasta que se elimina conscientemente.
  1. Cada creencia genera un sentimiento específico, un conjunto único de sensaciones en tu cuerpo.
  1. Tu mente subconsciente almacena miles de creencias. Funcionan como lentes frente a tus ojos, configurando tu experiencia acerca de la vida y el mundo. Filtran los aspectos del mundo que están de acuerdo con tus creencias. Por lo tanto, las creencias siempre se autoverifican.
  1. Las creencias pueden eliminarse y reemplazarse de forma permanente si involucras a la mente consciente y la mente subconsciente en el proceso de re-programación.

Si deseas cambiar tus circunstancias externas antes debes cambiar tus circunstancias internas

Tus creencias subconscientes suelen ser la causa principal a la hora de determinar como te sientes, lo que sueles pensar, tu actitud hacia las circunstancias de la vida, cómo reaccionas ante las personas, donde tiendes a poner tu atención y las señales que de manera inconsciente envías a los demás.

Si te sientes limitado de alguna manera, tienes creencias que te están limitando. Si deseas cambiar algún aspecto de tu vida, puedes hacerlo cambiando tus creencias.

¿Conoces la Ley de la Atracción? Establece que las circunstancias en las que te encuentras (y las situaciones que te suceden) son creadas (o atraídas) por lo que crees sobre ti mismo y el mundo. ¿No sería una buena idea controlar tus pensamientos y creencias para atraer situaciones favorables y armónicas? 

Todas las creencias deberían venir con una fecha de caducidad puesto que, en realidad, necesitamos diferentes creencias en diferentes momentos de nuestras vidas. Aunque esta sea una creencia excelente para un bebé: «Si lloro y monto un berrinche, alguien vendrá y me cuidará», no resulta una creencia apropiada para un adulto (aunque la mayoría de nosotros sabemos de al menos un adulto que todavía se comporta así ;) ).

Las creencias son un componente de la Conciencia

Cuando analizas tu propio sistema de creencias es una oportunidad increíble para evolucionar. A medida que estudias tus creencias y cómo afectan a tu realidad, tu perspectiva se hace más amplia y más elevada. Nuevas posibilidades se despliegan ante ti.

Es como si hubieras pasado toda tu vida con un mapa de callejeo de tu ciudad y un día alguien te entrega un atlas lleno de mapas del mundo. Tu punto de vista cambia, se abren nuevos territorios. Ahora puede ver dónde estás y decidir a dónde quieres ir. Aparecen nuevas perspectivas y nuevas oportunidades se abren ante ti.

Tal vez hayas asistido a talleres de transformación, hecho terapia o practicado la meditación. Lo cierto es que ya sabes que el cambio es posible y que, paso a paso, has ido avanzando. Te has liberado de malos hábitos, fomentado mejores relaciones y adquirirdo un estilo de vida más saludable. Cuando examinas el progreso que has conseguido hasta ahora, puedes notar que tu mayor crecimiento implica cambios en tus viejas creencias.

cambiar las viejas creencias

También puedes reconocer que algunos de tus patrones no han cambiado, a pesar de todos tus esfuerzos. Algunos de tus malos hábitos aún te persiguen. Todavía puedes recaer en viejas formas de pensar y actuar aunque sepas que no son buenas para ti ni para quienes te rodean.

Albergas en tu interior el deseo de que tu vida sea diferente, más vibrante, más auténtica. Una vida donde tengas más de lo que sí quieres y menos de lo que no quieres. Este deseo ardiente te inspira y te motiva a tantear nuevos caminos. Eres un explorador. Todos los grandes descubrimientos provienen de este impulso interno para cambiar, mejorar y enriquecer la vida.

De dónde vienen las creencias

El cerebro es ante todo un procesador para identificar patrones. Cuando identifica un patrón del tipo que sea, este lo convierte en algo conocido, algo familiar. El cerebro comprueba: ¿es útil este patrón? ¿es seguro? ¿es peligroso? ¿se siente bien? ¿es algo que necesito para sobrevivir?

Este mecanismo nos ayuda a sobrevivir cuando somos bebés y dependemos de la atención de nuestros padres. Los bebés están biológicamente programados para adquirir las creencias de sus cuidadores porque la clave para prosperar en cualquier grupo es ser como los que te rodean. Si lo logra, será más probable que lo atiendan. Si eres diferente a los que te rodean, podrías ser rechazado o abandonado, lo que para un bebé significa una muerte segura. No estamos diseñados para sobrevivir solos.

En realidad, comenzaste a acumular creencias mientras estabas en el útero materno. Tu cuerpo creció dentro del campo energético de tu madre y en todo momento percibías su estado emocional. Si ella sentía miedo o estrés, te impregnabas de las mismas sustancias químicas que te hacían sentir los mismos sentimientos.

Tu primera percepción del mundo fue dentro del vientre de tu madre: «Estoy a salvo. Me quieren» o «No estoy seguro. No me quieren». Por supuesto, todavía no tenías palabras o lenguaje, por lo que estas creencias eran una mezcla de sensaciones corporales.

Después de ser expulsado de tu hogar materno, tu único trabajo fue el de sobrevivir. Eras como un pequeño explorador tratando de descubrir cómo navegar en un mundo nuevo, del que nada sabías. Entonces observaste a tus padres y cuidadores para conseguir que satisfacieran tus necesidades. Tu madre te sonrió y tú le devolviste la sonrisa, ella emitió sonidos y tú intentaste reproducirlos.

Como cualquier buen explorador, llegaste a conclusiones después de hacer observaciones: «cuando lloro, me cuidan», «cuando me río, recibo atención y amor». Estas primeras conclusiones fueron algunas de tus primeras creencias. Vinieron a tu mente como experiencias somáticas que ayudaron a estructurar tu comportamiento. Descubriste el mundo paso a paso, creencia a creencia.

las creencias de tus padres

De hecho, tus padres y cuidadores comenzaron a cargarte con sus creencias: «¡Qué niña tan adorable! Te llamas Marta. ¡Eres tan hermosa!». Durante los primeros cuatro o cinco años, tu mente subconsciente funcionó como un dispositivo de grabación. Cada creencia fue impregnada directamente en ti, sin resistencia: «Soy una niña adorable. Me llamo Marta. ¡Soy muy hermosa!».

Tus padres querían que sobrevivieras, así que te enseñaron lo que ellos creían era correcto e incorrecto: «¡No te metas eso en la boca, está sucio!» «¡Qué desastre has hecho!» «¡Buena chica! » «¡Basta ya!».

A medida que crecías se te enseñó, a través de recompensas y castigos, cómo cumplir con las expectativas de tus padres: «Así es como tienes que hacerlo» «No, eso está mal» «¡Qué buen estudiante eres!» « ¡Haz eso de nuevo!».

Las creencias fueron bombardeadas hacia ti desde todas las direcciones. 

Ansiosamente buscabas dominar el lenguaje, aprender a imitar el habla y nombrar objetos. Cada palabra, nombre y etiqueta era una creencia más que se agregaba a la pila.

Lo que llamamos «aprendizaje» se parece más a «programación«: un flujo constante de presión para darnos forma y poder encajar en el mundo de otras personas.

Todos querían ayudarte a que te vieras, hablaras y fueras como ellos. Te ayudaron a encajar, programándote con sus creencias.

Después de esto fuiste a la escuela y se estructuró otro conjunto de creencias. Si tus padres te llevaron a su iglesia, allí te dijeron qué creer sobre Dios, el mundo y la vida misma.

Fuiste programado por quienes te amaron. Tus padres y cuidadores querían que creyeras como ellos creían por una buena razón: querían que sobrevivieras y prosperaras. Sus creencias habían funcionado para ellos por lo que creían que las mismas creencias funcionarían igual de bien para ti. Desde su punto de vista, sus creencias eran simplemente «la verdad».

Además de toda esta programación inicial, creciste dentro de una cultura basada en la información. Los anunciantes te adoctrinaron con creencias sobre cada producto que querían que compraras. La televisión, la radio, la prensa y demás medios de publicidad te han bombardeado con nuevas creencias a cada momento de tu vida.

Auto-programación: llegando a tus propias conclusiones

Por si este bombardeo de creencias fuera poco, tú también llegaste a tus propias conclusiones en base a experiencias que tuviste en el pasado. En esos momentos justificaste cada creencia que adoptaste con una buena razón. Resolviste las cosas por tu cuenta y te auto-programaste. Aunque por supuesto tus conclusiones tenían sentido en ese momento, seguían siendo creencias y te limitaban. 

Como puedes ver, durante tu vida has acumulado miles de creencias. Vives bajo su dominio. Percibes el mundo a través de ellas.  Todo parece coherente y tener algún tipo de sentido. Raramente cuestionas tus creencias principales porque son naturales para ti: «así es la vida», «así es como soy».

Independientemente de su origen, las viejas creencias te han impedido vivir tu vida como una expresión completa de tu Ser Verdadero.

¿Puedo crear la vida que quiero cambiando mis creencias?

La respuesta es sí, aunque requiere algo de trabajo. Puedes vivir la vida de tus sueños si estás dispuesto a comprometerte. Para lograr algo, tienes que dedicarle entrega. Cambiar el mundo interior requiere actuar con poder: tu poder personal.

¿Recuerdas? Tienes infinidad de creencias limitantes programadas en ti. Así que lleva algo de tiempo y dedicación. La buena noticia es que cambiar las creencias limitantes puede ser divertido.

Cuando cambias tus creencias, alteras tu vision y experiencia del mundo. Dices «me siento como una persona diferente» y es que, en verdad, eres una persona diferente.

En el momento en el que instalas creencias nuevas y motivadoras todo cambia: tu actitud, tu postura, tu comportamiento, tu capacidad para expresarte y el cómo interactúas con los demás.

¿Te imaginas? ¿Qué significaría para ti si pudieras cambiar tus resultados?

Cómo cambiar las creencias

Puedes cambiar tus creencias actuando justo donde se almacenan: en el núcleo de tu mente. Es cuando re-programas tu subconsciente, que los cambios resultan profundos y permanentes.

Por supuesto, no se trata de cambiar TODAS tus creencias, solo las que te hieren o dañan a los demás, las que evitan que expreses tu grandeza o interfieren con la manifestación de tu Propósito de Vida.

Muchas de tus creencias actuales son útiles y buenas para ti. Por ejemplo, la creencia «puedo hacer cualquier cosa que me proponga» es una creencia muy positiva y estimulante. Te proporciona autoestima, suprime limitaciones y te anima a perseverar hasta que logras tus objetivos. Esta es una creencia que quieres mantener, porque es útil en tu vida.

En definitiva, no elimines lo que funciona o te hace sentir bien. La Buena noticia es que tienes la opción de elegir. Tú decides lo que quieres creer.

Ser, hacer y tener: la clave para desvelar tus creencias más profundas

SER: ¿Quién soy?

Tu respuesta a la pregunta «¿quién soy?» es una descripción de las creencias primordiales que tienes acerca de ti mismo. Estas creencias conforman tu propia personalidad, el como te percibes. ¿Es la vision de ti mismo positiva o negativa?

HACER: ¿Qué puedo aportar?

Tu respuesta a la pregunta «¿qué puedo aportar?» es una descripción de las creencias fundamentales que tienes sobre tus capacidades y limitaciones. Se trata de tu Propósito de Vida.

TENER: ¿Qué merezco?

Tu respuesta a la pregunta «¿qué merezco?» describe tu autoestima y lo que te permites tener.

Cuando cuestionas tus creencias más arraigadas, la auténtica transformación es posible. Te abres a tu naturaleza verdadera y optimista. Cada creencia que eliminas libera a una parte de ti de la mala programación que recibiste en el pasado. Todo lo que se ha interpuesto en tu camino disminuye y luego desaparece. A partir de aquí, cualquier cosa que surja entre tú y tus deseos se vuelve manejable.

Cambiar tus creencias principales es una forma de aliviar tu propio malestar y convertirte en un estimulante ejemplo de lo que es posible lograr; de transformarte en una persona más sabia, más amorosa y de corazón abierto, que tiene un impacto directo y positivo en la vida de los demás.

Ejercicio para diagnosticar las creencias

Te invito a dar un paso más y explorar tus propias creencias limitantes. Tomar conciencia es siempre el primer paso en la transformación.

El siguiente ejercicio te ayudará a profundizar en tus creencias, especialmente las que interfieren en tu vida. Una vez lo hayas completado, podrás elegir las creencias que deseas cambiar y tendrás una idea más clara del tipo de trabajo que tienes que hacer a partir de ahora.

El ejercicio consta de 4 pasos y para hacerlo necesitarás un cuaderno o algunas hojas de papel donde anotar lo que vayas descubriendo.

¿Listo? ¡Allá vamos!

Paso 1: Descubre tus creencias

Lee cada pregunta y a continuación escribe todas las creencias limitantes o pensamientos negativos que sientes acerca de eso.

Comienza con «Lo que creo (pienso, opino) de mi mismo es …» y permite que tus pensamientos fluyan y anótalos. No juzgues, censures ni discutas ninguno de ellos. Solo permitete escribir lo que vaya apareciendo en tu mente. Anótalo todo, incluso si suena estúpido, extraño o no es tuyo (podría tratarse de una coletilla que repetía alguno de tus padres, etc.).

Cuando tu subconsciente habla, es un buen momento para escuchar. Tómate unos minutos para escribir con libertad sobre cada pregunta. Responde tantas preguntas como puedas de una sola vez. Luego, ve al Paso 2.

Preguntas para el SER: ¿Quien soy?

  1. ¿Qué opino acerca de mi mismo?
  2. ¿Qué opino acerca de mi salud?
  3. ¿Qué opino acerca de mi sexualidad?

Preguntas para el HACER: ¿Qué puedo aportar?

  1. ¿Qué opino acerca de mi trabajo?
  2. ¿Qué opino acerca de mis dones?
  3. ¿Qué opino acerca de mis limitaciones?

Preguntas para el TENER: ¿Qué merezco?

  1. ¿Qué opino acerca de mi situacion financiera?
  2. ¿Qué opino acerca de mis relaciones?
  3. ¿Qué opino acerca de mi vida?

Paso 2: Comprende tus creencias

Revisa tus creencias y señala con un círculo las que han tenido un impacto más negativo en tu vida: esas creencias que más se interponen en tu camino y te mantienen limitado, pequeño e infeliz.

En una hoja aparte anota cada una de las creencias que marcaste con un círculo. Luego contesta las siguientes preguntas sobre cada una de ellas:

  • ¿Esta creencia ha sido beneficiosa o perjudicial para mí en mi vida?
  • ¿Esta creencia fue adoctrinada por otros en mí? ¿Por quién?
  • ¿Alguna vez elegí conscientemente creerlo? ¿Cuando? ¿Por qué hice eso?
  • ¿Cuál ha sido la ventaja de tener esta creencia? ¿Cómo me ha servido en mi vida? ¿Qué obtuve o gané al tener esta creencia? ¿Qué evité al tener esta creencia?
  • ¿Qué sería diferente en mi vida si tuviera una creencia distinta? ¿Quién sería yo sin esta creencia?
  • ¿Estaría dispuesto a probar una creencia diferente? ¿Cuál? ¿Con qué creencia podría reemplazarla que fuera más positiva, beneficiosa y fortalecedora en mi vida?

Cuando descubres una creencia limitante puedes examinarla en detalle, ver de dónde viene y sentir cómo te ha afectado a lo largo de tu vida. A continuación, puedes tomar una decisión consciente de conservarla o descartarla.

Paso tres: ¿Qué creencias te gustaría cambiar?

Elije las tres creencias que más te gustaría cambiar y anótalas en una hoja aparte.

Mis 3 creencias más limitantes:

  1. ____________________________________________________
  2. ____________________________________________________
  3. ____________________________________________________

Paso 4: Crea nuevas creencias

Mira la primera creencia de arriba. ¿Qué te gustaría creer en su lugar? Aunque una buena idea podría ser comenzar por su opuesto, no te detengas allí. Mejora la nueva creencia hasta el punto en el que te haga sentir fantástico.

Por ejemplo, si la antigua creencia es: «No soy suficientemente bueno», podrías reemplazarla con: «Soy suficientemente bueno». Aunque desde luego esa creencia es mejor, no te brinda poder.

Pregúntate: «¿Podría hacerlo aún mejor? ¿Más atrayente? ¿Más empoderante?». Con esto, podrías llegar a: «Brillo con luz propia. Soy perfecto y auténtico». ¿Puedes notar la diferencia? Dado que puedes elegir tus creencias, también puedes elegir las versiones que sean más poderosas y atractivas para ti.

Tómate un tiempo ahora y escribe las nuevas creencias que te gustaría tener en lugar de tus tres viejas creencias limitantes. 

Mis tres nuevas creencias:

  1. ____________________________________________________
  2. ____________________________________________________
  3. ____________________________________________________

¡Enhorabuena! Cuando se elimina una vieja creencia limitante, emerge una sensación de apertura y de posibilidad. En ese estado, tienes la oportunidad de instalar una nueva creencia más poderosa.

En resumen, tus creencias crean tu realidad

Creamos nuestra realidad a través de nuestras creencias. Somos cien por cien responsables de nuestras vidas. Incluso cuando decimos «yo no quería atraer este problema», «yo no quería que mi marido me dejara», «yo no quería que mi empresa fracasara», «yo no he creado mi sufrimiento».

Lo cierto es que no hemos sido nosotros, conscientemente, quienes hemos creado esto. Nuestra mente subconsciente lo hizo. Nuestras creencias conscientes son lo que pensamos que creemos. Nuestras creencias subconscientes son lo que realmente creemos. Por tanto, son nuestras creencias subconscientes las que crean nuestra realidad. Estas profundas creencias subconscientes aparecen en nuestra vida cotidiana condicionando nuestras decisions y dirigiendo nuestras acciones.

Así pues, ¿cómo puedo identificar mis creencias limitantes? La respuesta es simple: analizando tu vida. Sea lo que sea que estés experimentando en tu vida ahora, es el resultado de tus creencias más profundas. Y es que nada nos sucede a nosotros. Somos nosotros quienes hacemos que nos suceda.

¿Qué sigue?

Has comenzado el viaje de investigar tus propias programaciones, trayendo tus creencias subconscientes a la conciencia. Ahora puede decidir cuáles conservar y cuáles descartar.

Tus creencias crean tu realidad. Tu vida es creada por las elecciones que haces, momento a momento. Puedes decidir no hacer este ejercicio para identificar tus creencias limitantes y evitar el desafío de cambiar tus programaciones internas y, por lo tanto, tu realidad externa. O bien puedes tomar acción y acercar tu vida un paso más hacia donde están tus sueños.

¿Qué camino vas a elegir?

Ana-Lloveras

Nuestra vida es la creación de nuestra mente. Buda

 

10 comentarios en «Tus creencias crean tu realidad»

  1. Hola Ana, me encantó leerte. Aprendí mucho.
    Desde hace un año y medio practico ho’ oponopono y mi vida ha mejorado bastante. Aun sigo aprendiendo ya que quiero tener plenitud en mi vida.
    Haces terapias personalizadas?
    Yo soy de Chile y hoy es 01.01.2020
    Saludos,
    Claudio

    Responder
    • Hola Claudio! Ho’oponopono es una maravillosa herramienta para empezar a transformar nuestra mente y liebrarla del parloteo negativo. También para tomar responsabilidad de lo que nos sucede y, como no, para soltar lo que nos duele. En este momento mi agenda está cerrada ;)

      Responder
  2. Me encanto como explicas de forma tan clara el tema de las creencias, gracias por compartir información y aportar a nuestro crecimiento
    Un abrazo
    Gabriela

    Responder
    • Muchísimas gracias Gabriela por tu comentario :D Me entusiasma saber que mi blog te está aportando en tu crecimiento. Vamos a por más!

      Responder
  3. Mil gracias por el artículo Ana. Ya estaba experimentando cambios en mi subconciente porque por mis creencias he estado atrapado en in círculo negative por años. Y ahora al leer este maravilloso artículo tan claramente explicado, veo toda mi vida delante de mi y la analizo. Mil gracias otra vez y un abrazo desde Tulouse, Francia.

    Responder
  4. Conozco personalmente a Ana, es una gran persona y profesional y como Psicólogo, puedo afirmar que este artículo es uno de los mejores sobre el tema de las creencias, muy claro y contundente
    Un abrazo muy grande Ana

    Responder

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acerca de ana lloveras

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Bienvenido a Re-prográmate! Mi nombre es Ana Lloveras y soy kinesióloga emocional, especializada en reprogramación de creencias y psicología energética. Orientadora de vida para ayudarte a re-programar tus creencias y recuperar tu Poder Personal. Mi propósito es que puedas conseguir tus metas fácil y rápidamente y apoyarte para que cada día reflejes más tu verdadera esencia. Gracias por estar aquí! 

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